Los contenidos tipo SCORM, aunque permiten ciertos niveles de interactividad, suelen ofrecer una interactividad limitada y predefinida. Muchas veces se reduce a opciones como hacer clic para avanzar, responder cuestionarios de opción múltiple o realizar tareas secuenciales que no fomentan un verdadero aprendizaje activo o adaptativo. En contraste, plataformas más modernas o enfoques basados en microaprendizaje o herramientas audiovisuales permiten una interactividad más dinámica y adaptable, ajustándose mejor a las necesidades y estilos de aprendizaje de los empleados. Estos enfoques facilitan la personalización del aprendizaje, lo cual es esencial en entornos corporativos donde cada empleado tiene diferentes niveles de experiencia y conocimientos.
La interactividad de formatos tradicionales tipo SCORM no tiene en cuenta la necesidad de personalización del aprendizaje. Si bien puede ofrecer opciones de respuesta o caminos fijos, no se adapta automáticamente al ritmo o al nivel de comprensión de cada empleado. En cambio, las soluciones basadas en microcontenidos, aprendizaje adaptativo o sistemas más avanzados de inteligencia artificial permiten que el contenido se ajuste en tiempo real al desempeño del empleado, brindando un aprendizaje más efectivo y relevante. En otras palabras, la interactividad superficial de SCORM no compensa la falta de personalización que otras plataformas sí pueden ofrecer.
El simple hecho de que un contenido tenga elementos interactivos no significa que sea eficaz. La interactividad en formatos tradicionales a menudo obliga al usuario a seguir una secuencia lineal, lo que puede generar frustración, especialmente si el empleado ya domina ciertos temas y se ve obligado a completar todas las secciones de manera predeterminada. Los empleados actuales buscan flexibilidad en su aprendizaje, prefiriendo acceder a la información de manera rápida y en el momento en que realmente la necesitan. Los contenidos breves y modulares son más efectivos en este sentido, ya que permiten a los empleados centrarse solo en los temas que les son relevantes y avanzar a su propio ritmo.
El aprendizaje móvil y el acceso flexible a la información están en auge en las empresas modernas, y en este sentido, los contenidos SCORM suelen ser menos eficientes. La interactividad en SCORM, aunque funcional en entornos de escritorio, no está completamente optimizada para dispositivos móviles ni para el consumo en breves intervalos, lo que limita su accesibilidad y conveniencia en comparación con formatos más modernos. Los contenidos breves y fragmentados, diseñados para consumirse en dispositivos móviles, ofrecen una experiencia de usuario mucho más ágil y adaptable a las nuevas dinámicas de trabajo.
El valor del aprendizaje no radica únicamente en la interactividad, sino en la calidad y relevancia del contenido. Los contenidos realizados en formatos tradicionales tipo SCORM a menudo están diseñados con una interactividad básica que no necesariamente contribuye a un aprendizaje profundo. Un cuestionario interactivo o una animación no son suficientes si el contenido subyacente no está bien diseñado, no es aplicable al trabajo cotidiano o no permite al empleado aplicar lo aprendido de manera efectiva. La clave está en ofrecer contenido claro, conciso y práctico, que pueda ser comprendido y utilizado de inmediato, algo que a menudo se logra mejor con enfoques más ágiles que con SCORM.
En muchos módulos SCORM, la interactividad no viene acompañada de un feedback inmediato y útil. Los empleados pueden recibir respuestas automatizadas o simples correcciones, pero sin una explicación detallada sobre por qué una respuesta es incorrecta o cómo mejorar. En cambio, otras plataformas de aprendizaje o sistemas de microaprendizaje ofrecen feedback más enriquecedor, a menudo con explicaciones detalladas o recomendaciones personalizadas, lo que mejora la comprensión y la aplicación del conocimiento en el trabajo real.
Los formatos tradicionales, a pesar de su interactividad, pueden volverse rápidamente obsoletos debido a la rigidez en la actualización de contenidos. Crear o modificar módulos interactivos en SCORM, por ejemplo, requiere tiempo y recursos significativos. En un entorno de aprendizaje dinámico, donde la información cambia rápidamente, la capacidad para actualizar el contenido de manera ágil es más importante que tener elementos interactivos predeterminados. Alternativas como los microcontenidos modulares permiten actualizaciones rápidas y escalables, asegurando que la formación esté siempre alineada con las necesidades actuales del negocio, sin el peso de los procesos de modificación que exige SCORM.
Si bien la interactividad puede ser un aspecto positivo de formatos tradicionales tipo SCORM, no es un criterio suficiente para asegurar la efectividad del aprendizaje en las empresas. Las necesidades de aprendizaje moderno requieren flexibilidad, personalización, accesibilidad y la capacidad de actualizar los contenidos de manera rápida. Formatos más ágiles, como el microaprendizaje o los contenidos modulares y audiovisuales, superan a SCORM en estos aspectos, ofreciendo una experiencia de aprendizaje más efectiva, relevante y adaptada a las dinámicas corporativas actuales.
La interactividad es solo una parte del aprendizaje; lo que realmente importa es el impacto y la aplicación del conocimiento en el trabajo diario.
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