Aunque la idea de que “somos conocimiento” puede interpretarse de diversas maneras dependiendo del contexto filosófico, psicológico o cognitivo en el que se analice, hay unos elementos centrales y comunes que nos definen y tenemos que tener en cuenta cuando en nuestras organizaciones y actividades profesionales hablamos de gestionar el conocimiento:
1. Conocimiento como Construcción de nuestra Identidad:
Nuestra identidad y comprensión del mundo están construidas a partir del conocimiento que adquirimos a lo largo de nuestras vidas. Somos el resultado de nuestras experiencias, aprendizajes y creencias. De hecho, la forma en que percibimos y entendemos nuestro entorno, nuestras habilidades y nuestras relaciones se basa en la información y los conocimientos que hemos acumulado.
Las habilidades, competencias y capacidades cognitivas que poseemos son aspectos esenciales de quiénes somos y de cómo nos relacionamos en nuestros entornos vitales: familiares, profesionales, laborales,…
2. Conocimiento como Proceso Dinámico:
Somos conocimiento en el sentido de que el proceso de adquirir, interpretar y aplicar conocimiento es una parte continua y dinámica de nuestra vida. Por eso, el aprendizaje y la adaptación constante que experimentamos a lo largo nuestra vida reflejan cómo el conocimiento se integra y transforma continuamente nuestra experiencia.
3. Conocimiento como Expresión de nosotros mismos:
El conocimiento es una expresión fundamental de nuestra esencia, y nuestras habilidades para pensar, aprender y crear son lo que nos define como somos y como nos proyectamos a los demás.
La capacidad de reflexionar sobre nuestras experiencias, formular teorías y compartir ideas es una característica distintiva de cada uno.
4. Conocimiento como factor Relacional:
Nuestra existencia y nuestro sentido de identidad están profundamente interrelacionados con el conocimiento que compartimos y construimos en nuestras relaciones con otros.
Las interacciones sociales y el intercambio de ideas enriquecen y moldean nuestra comprensión del mundo y de nosotros mismos.
En resumen, la noción de que “somos conocimiento” sugiere que el conocimiento no es solo una acumulación de datos o información, sino que está intrínsecamente ligado a nuestra identidad, existencia y forma de interactuar con el mundo.
Pasamos más de la mitad de nuestra vida consciente en entornos laborales, en las empresas donde trabajamos y en el desarrolla de nuestras actividades profesionales.
Si las empresas no se plantean un sistema de gestión del conocimiento que sitúe a la persona en el centro del mismo, continuarán desarrollando los patrones de formación antiguos basados únicamente en el empleado y la tecnología de distribución de cursos.
Lo que hace tiempo se convirtió en necesario ahora es insuficiente.
Mas allá de los tradicionales LMS es la única diseñada para gestionar todos los procesos de gestión del conocimiento dentro de una organización convirtiéndolos en flujos continuos
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